lunes, 5 de septiembre de 2011



Ella se cansó.
Se cansó de gritar al cielo.
Se cansó de hablar sola.
Se cansó de no poder confiar.
El mundo fue siempre su cárcel ; su cuerpo, las rejas que la separaban de su alma.
Viviendo en una eterna oscuridad húmeda, fua alimentándose de líquenes de la pared.
Quiso tener alas. Pero, ¿Con qué fin? Pues, si aún teniendo alas, no podría volar allí dentro.
Cambió sus sonrisas por llanto.Inundó su prisión en un intento suicida de ahogarse, pero no consiguió nada.
Nunca a nadie le importó, fue razón de nada.
Conforme pasaban los años, su luz se apagaba.
¿Es este el fin?
Pobre niña imantada. Todos estos años, la mentira la convirtió en... nada.