Símiles e ironías,
inundan estos días.
Don Quijote caballero e hidalgo.
Sancho Panza realista humillado.
¿Pues será cierto aquello de que la lectura corrompe la
mente y el espíritu?
Finalmente concluí que sí. Aquello que leemos nos hace ser pensar y actuar como otros a lo largo de sus vidas han
opinado, experiencias propias suyas manchadas en un papel por sus puntos de
vista.
Es más, incluso aquellos que nos dicen y nos critican este
mismo hecho; el de que la lectura corrompe; a su vez, corrompen nuestras mentes
y nos hacen pensar en ello. Ellos mismos opinan que están corrompiéndonos al
hacernos pensar como ellos piensan. Por ello ,no hay que fiarse ni si quiera de
aquellos que nos dicen que no nos fiemos.
No te fíes de lo que escribo.
El hidalgo acabó por creer sus libros y finalmente, hizo
creer aquello a su querido servidor .
Es pues ironía de la vida. Cuánto daño hacen los libros. Qué
fácil es manipular una mente. Qué fácil es darlo todo por asentado, dar unas
pautas de pensamiento y vivir cómodamente en ellas.
¿Será pues, cierto
que …existe el amor?
Amor.
Gran palabra.
Pronúnciala.
¿Se llena la boca, vibran los labios y resuena en los
tímpanos al mencionarla, verdad?
Es una palabra que suena estrepitosamente en mi cabeza.
Pongamos por caso, que “amor”, son las novelas de
caballerías que leía Don Quijote.
Y pongamos que Don Quijote represente a todos esos tutores,
padres, libros y personas históricas que escriben y piensan sobre esa palabra.
Realmente, nuestro hidalgo ha cogido esta palabra, la ha llenado en cada momento siguiendo un
mismo patrón que le lleva a la conclusión, ese ideal de caballero perfecto de
la edad media.
Es un patrón que se repite. Es la misma comida que ha sido aprehendida,
reducida mecánicamente, digerida, absorbida y más tarde excretada en forma de una
mierda geométricamente similar a un corazón <3 a="a" de="de" largo="largo" lo="lo" siglos.="siglos." siglos="siglos" y="y">
Amor.
Nosotros, nacemos y ….Pongamos por caso que … nace nuestra habilidad pensativa y somos “Sancho”.
Pues bien ,este humilde campechano; en un primer momento, al
juntarse con el caballeresco hombre; empieza a inducírsele una forma de pensar,
que le choca, que no sabe si es cierta o no, pero le causa curiosidad.
Más adelante observa cuan serio resulta para el resto de
situaciones y cómo una persona basa su vida en ello y la orienta de tal manera
y ve que al parecer, todo en ese mundo “aparentemente” aquello es lo normal. Es
decir, el noble Quijote le enseña, le hace ver un mundo alejado de la realidad
que es más bello que el pesimismo, que su realidad. Es más fácil, más
interesante, y menos doloroso. Tiene todas las facilidades que le evaden de
buscar significados y que le orientan la vida hacia algo seguro.
Pues bien.
Al igual que con los libros de caballerías, amor, es una
palabra usada en cientos y miles de novelas hoy en día. Y, al igual que en
otros tiempos, este mundo se ve rodeado
de cientos y miles de Don Quijotes zombis del amor.
Hidalgos resucitados gracias a novelas de antaño y más de
las nuevas que contienen la misma mierda geométrica de la que ya he hablado
antes.
Nos engañan desde pequeños, nos quieren hacer creer en ello
para orientarnos a una vida “de revista” en la cual no elegimos nosotros
nuestro fin en la vida, no elegimos lo que realmente queremos hacer, sino… nos
inducen a ello. A que terminemos nuestras vidas con nuestra única pareja a la
cual tenemos que mantenernos ligados
hasta la muerte, ya sea por papeles o por alhajas. Y nos conformamos con
eso, y en eso acabamos centrando nuestra vida, nuestro fugaz tiempo en el
universo pensante.
Desperdiciamos nuestras capacidades por comodidad.
Hay quienes quieren verlo, hay quienes no.
Como subunidades del grupo aquél que quiere verlo,
encontramos a :
1. Hipócritas.
2. Solitarios.
Los hipócritas son los peores de todos. Aún sabiendo, y
teniendo capacidad y potencial pensador, se esconden bajo las sábanas de la
cobardía.
Los solitarios son gente incomprendida que busca el
verdadero significado, la verdadera finalidad.
Y resulta que, en este grupo de solitarios… irónicamente sí
puede encontrarse el amor. El amor por buscar algo más allá del mismo amor
mundano, vendido y anunciado en los televisores.
Al parecer, aquí , en este
grupo escaso y pequeño, sí existe una Idea de AMOR, en mayúsculas.
Personas que sienten el ansia de comprender, de hallar la
verdad en este solitario mundo que les ha perseguido siempre. Una paz y una
tranquilidad que rompen con los esquemas, no se guía por edad, raza, religión
ni tamaño de pechos o pene.
No es una finalidad en sí, no es siquiera un fin. Es una
manera de vivir la vida y al mismo tiempo no dejar de lado la razón. Ni dejarse
llevar por esquemas.
Alejarse de todo aquello lleno de falsedades. ¿Por qué vivir
con la mentira? Si tienes ese amor hacia esas personas o persona que no
necesita ocultarse tras un velo, que tiene ese dominio racional que usa y
alimenta a diario.
No necesitar “unas risas”, un salir por salir. Si tu
espíritu abarca más cosas que esas, si ves que no encajas, que no sientes que
eso llena tu vida, no te dejes atrapar y seas hipócrita. Despierta,
piensa y … no temas la soledad. Algún día llegará tu momento y encontrarás la
persona que te haga sentir agusto a su lado.
Este es el amor estrepitoso.
Este es mi amor.
No caigas en novelas de zombies quijotescos.