lunes, 27 de agosto de 2012

Don Quijote y Sancho Panza


Símiles e ironías,

inundan estos días.

Don Quijote caballero e hidalgo.

Sancho Panza realista humillado.

¿Pues será cierto aquello de que la lectura corrompe la mente y el espíritu?
Finalmente concluí que sí. Aquello que leemos  nos hace ser pensar y actuar  como otros a lo largo de sus vidas han opinado, experiencias propias suyas manchadas en un papel por sus puntos de vista.
Es más, incluso aquellos que nos dicen y nos critican este mismo hecho; el de que la lectura corrompe; a su vez, corrompen nuestras mentes y nos hacen pensar en ello. Ellos mismos opinan que están corrompiéndonos al hacernos pensar como ellos piensan. Por ello ,no hay que fiarse ni si quiera de aquellos que nos dicen que no nos fiemos.

No te fíes de lo que escribo.

El hidalgo acabó por creer sus libros y finalmente, hizo creer aquello a su querido servidor .
Es pues ironía de la vida. Cuánto daño hacen los libros. Qué fácil es manipular una mente. Qué fácil es darlo todo por asentado, dar unas pautas de pensamiento y vivir cómodamente en ellas.

¿Será pues,  cierto que …existe el amor?
Amor.
Gran palabra.
Pronúnciala.

¿Se llena la boca, vibran los labios y resuena en los tímpanos al mencionarla, verdad?

Es una palabra que suena estrepitosamente en mi cabeza.

Pongamos por caso, que “amor”, son las novelas de caballerías que leía Don Quijote.
Y pongamos que Don Quijote represente a todos esos tutores, padres, libros y personas históricas que escriben y piensan sobre esa palabra.
Realmente, nuestro hidalgo ha cogido esta palabra,  la ha llenado en cada momento siguiendo un mismo patrón que le lleva a la conclusión, ese ideal de caballero perfecto de la edad media.


Es un patrón que se repite.  Es la misma comida que ha sido aprehendida, reducida mecánicamente, digerida, absorbida y más tarde excretada en forma de una mierda  geométricamente similar a un corazón <3 a="a" de="de" largo="largo" lo="lo" siglos.="siglos." siglos="siglos" y="y">

Amor.

Nosotros, nacemos y ….Pongamos por caso que … nace nuestra habilidad pensativa y somos “Sancho”.
Pues bien ,este humilde campechano; en un primer momento, al juntarse con el caballeresco hombre; empieza a inducírsele una forma de pensar, que le choca, que no sabe si es cierta o no, pero le causa curiosidad.

Más adelante observa cuan serio resulta para el resto de situaciones y cómo una persona basa su vida en ello y la orienta de tal manera y ve que al parecer, todo en ese mundo “aparentemente” aquello es lo normal. Es decir, el noble Quijote le enseña, le hace ver un mundo alejado de la realidad que es más bello que el pesimismo, que su realidad. Es más fácil, más interesante, y menos doloroso. Tiene todas las facilidades que le evaden de buscar significados y que le orientan la vida hacia algo seguro.

Pues bien.

Al igual que con los libros de caballerías, amor, es una palabra usada en cientos y miles de novelas hoy en día. Y, al igual que en otros tiempos,  este mundo se ve rodeado de cientos y miles de Don Quijotes zombis del amor.

Hidalgos resucitados gracias a novelas de antaño y más de las nuevas que contienen la misma mierda geométrica de la que ya he hablado antes.

Nos engañan desde pequeños, nos quieren hacer creer en ello para orientarnos a una vida “de revista” en la cual no elegimos nosotros nuestro fin en la vida, no elegimos lo que realmente queremos hacer, sino… nos inducen a ello. A que terminemos nuestras vidas con nuestra única pareja a la cual tenemos que mantenernos ligados  hasta la muerte, ya sea por papeles o por alhajas. Y nos conformamos con eso, y en eso acabamos centrando nuestra vida, nuestro fugaz tiempo en el universo pensante.

Desperdiciamos nuestras capacidades por comodidad.
Hay quienes quieren verlo, hay quienes no.

Como subunidades del grupo aquél que quiere verlo, encontramos a :
1. Hipócritas.
2. Solitarios.

Los hipócritas son los peores de todos. Aún sabiendo, y teniendo capacidad y potencial pensador, se esconden bajo las sábanas de la cobardía.

Los solitarios son gente incomprendida que busca el verdadero significado, la verdadera finalidad.
Y resulta que, en este grupo de solitarios… irónicamente sí puede encontrarse el amor. El amor por buscar algo más allá del mismo amor mundano, vendido y anunciado en los televisores.

Al parecer, aquí , en este  grupo escaso y pequeño, sí existe una Idea de AMOR, en mayúsculas.
Personas que sienten el ansia de comprender, de hallar la verdad en este solitario mundo que les ha perseguido siempre. Una paz y una tranquilidad que rompen con los esquemas, no se guía por edad, raza, religión ni tamaño de pechos o pene.

No es una finalidad en sí, no es siquiera un fin. Es una manera de vivir la vida y al mismo tiempo no dejar de lado la razón. Ni dejarse llevar por esquemas.

Alejarse de todo aquello lleno de falsedades. ¿Por qué vivir con la mentira? Si tienes ese amor hacia esas personas o persona que no necesita ocultarse tras un velo, que tiene ese dominio racional que usa y alimenta a diario.

No necesitar “unas risas”, un salir por salir. Si tu espíritu abarca más cosas que esas, si ves que no encajas, que no sientes que eso llena  tu vida, no  te dejes atrapar y seas hipócrita. Despierta, piensa y … no temas la soledad. Algún día llegará tu momento y encontrarás la persona que te haga sentir agusto a su lado.

Este es el amor estrepitoso.

Este es mi amor.
No caigas en novelas de zombies quijotescos.

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